lunes, 13 de enero de 2014

El Pobre Trabajador

EL POBRE TRABAJADOR

Adaptación del cuento La Pobre Viejecita de Rafael Pombo, por  Marco Antonio Largo Delgado, Profesional en Salud Ocupacional
  


Érase un trabajador
Que no se exponía a peligros,
sino a máquinas y herramientas
Superficies, escaleras, grietas
gases tóxicos y otros riesgos.
Además de eso, fumaba y tomaba
Sin estilos de vida saludable
y el pobre no encontraba
la forma de ser más irresponsable.
Y este trabajador no tenía
con que su integridad proteger,
fuera de casco, guantes, gafas
tapabocas, tapaoidos y un arnés.
Nadie, nadie lo cuidaba
sino el SYSO, el inspector,
ocho jefes, dos compañeros
y un señor supervisor.
Nunca tuvo donde exigir su seguridad
sino con el COPASO, el jefe SYSO
el interventor y la comunidad
Ni otra forma de cuidarse
más que un permiso, la inspección
un procedimiento escrito
y toda la señalización,
Y este pobre trabajador
cada año hasta su fin,
tuvo un año más de viejo
y uno menos que vivir.
Y al mirarse en el espejo
lo espantaba siempre allí
otro reflejo fracturado,
enfermo, mutilado
ciego y sordo,
incapacitado por los siglos sin fin.
Y este pobre trabajador
no tenía qué vestir
sino trajes de protección
y caretas mil y mil.
Y a no ser por sus zapatos
botas con puntera,
media caña, con platina,
seguras hasta el fin,
descalcito por el suelo
anduviera el infeliz.
Por cuidarse, ganas nunca tuvo
acabando de trabajar,
ni gozó salud completa
y nunca la pudo hallar.
Se murió de un accidente de trabajo,
O enfermo profesional,
y jamás volvió a quejarse
de la salud ocupacional.
Y este pobre trabajador
al morir no dejó más
que esposa, hijos, deudas,
dos mascotas y un turpial
Duerma en paz, y Dios permita
que logremos disfrutar
no como este pobre
Y morir del mismo mal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario